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Los mejores destinos de Europa

  • Benjamín Ruiz
  • 7 abr 2018
  • 6 Min. de lectura

Desde la ignorada capital croata, Zagreb, hasta el puerto normando de Le Havre, en este blog te mostraremos los diez destinos europeos que merece la pena descubrir este año. Esta lista destaca diez países, regiones o ciudades que, aunque han pasado hasta el momento inadvertidos o subestimados por el turismo internacional, cada vez son más valorados por los viajeros más experimentados. Lugares que merece la pena descubrir antes de que lo haga el turismo de masas.

1) Zagreb (Croacia)

De apariencia centroeuropea y vida relajada, esta Zagreb ha permanecido eclipsada por la belleza y espectacularidad de las costas y parques naturales croatas. Pero merece la pena descubrir el aire austrohúngaro que se respira en algunos rincones (nos recordarán a Viena o Budapest), así como los sorprendentes ejemplos de la típica arquitectura soviética. Las calles y plazas están llenas de cafés de agradables terrazas donde sus habitantes se entregan a uno de sus ritos preferidos: tomar café a todas horas. Renovada en los últimos años con arte callejero, galerías, espacios creativos y una gastronomía cada vez más cuidada.

2) Gotland (Suecia)

Gotland es una de las regiones con más encanto de Suecia. Los suecos lo saben desde hace tiempo (es uno de sus destinos predilectos para las vacaciones estivales) y ahora comienzan a conocerse los encantos de esta isla del Mar Báltico entre los turistas internacionales. Bucólica y tranquila, es la más grande y soleada del país. Aldeas de pescadores que parecen detenidas en el tiempo, playas de arena y acantilados, bosques misteriosos y algunos enclaves históricos de enorme interés, como Visby, la capital, un ejemplo muy bien conservado de ciudad comercial de la liga hanseática, fundada en el siglo X, con más de 200 almacenes y casas de mercaderes tras sus murallas

3) Galicia (España)

Galicia permanecía hasta ahora al margen de las grandes corrientes turtistas que visitan España cada año, por detrás de las cálidas playas del sur, la costa de Levante y Cataluña. Pero cada vez son más los viajeros internacionales que descubren los encantos de esta apartada región noroccidental.

4) Montenegro

El turismo internacional comienza a llegar a Montenegro, sobre todo a bordo de los cruceros que recorren la bahía de Kotor, en la costa adriática. Menos conocido es el norte del país, una región para aventureros sin apenas turistas. Al menos de momento. Los más lanzados pueden hacer rafting en el cañón de Tara, el más profundo de Europa, dentro del parque nacional de Durmitor, patrimonio mundial, o explorar reservas naturales más desconocidas aún.

La gran joya es el parque nacional de Biogradska Gora, acurrucado en los pliegues de los mon­tes Bjelasica, con un ambiente sereno, solitario y virgen. Su principal reclamo es el lago Biograd, aunque también son muy atractivas las sendas que surcan una de las extensiones de bosque virgen más importantes que se conservan en Europa.

5) Leeds (Inglaterra)

En el norte de Inglaterra, al norte de Manchester y cerca de York, la ciudad de Leeds ha pasado la última década reinventándose hasta convertirse en una meca para amantes de la cerveza artesanal y la diversión nocturna. Pero Leeds, una tradicional y gris ciudad industrial que ha reconvertido definitivamente su centro victoriano y el carismático Mill District, repleto ahora de boutiques, cafés y restaurantes, es también un centro de arte de fama creciente; para muchos, incluso una alternativa a Londres para pasar un fin de semana diferente.

Cada mes de mayo la ciudad acoge durante dos semanas el Leeds Indie Food, cita que la convierten en la referencia gastronómica del norte de Inglaterra. Y este año, además, de forma especial, pues coincide con la reapertura de la principal Galería de arte de la ciudad y el 50 aniversario del caribeño Carnaval de Leeds, uno de los más auténticos y veteranos de Europa, anterior al de Notting Hill.

6) Alentejo (Portugal)

Maravillas culinarias, paisajes silenciosos, castillos que se encaraman en lo alto de las colinas, costas escarpadas y enclaves declarados patrimonio mundial (templos romanos o curiosos osarios históricos) son algunas de las maravillas del Alentejo. Pero esta región portuguesa es también uno de los grandes destinos gastronómicos desconocidos, con viñedos, olivares y fértiles campos. Es el alma de la cocina portuguesa, con recetas centenarias que se pueden degustar en restaurantes auténticos.

La reciente creación de la Ruta Vicentina, una travesía costera de varios días, acompañada de la apertura de nuevos y creativos restaurantes, así como de pequeños hoteles rurales con encanto, no han disminuido, sin embargo, la belleza tranquila del Alentejo. Viñedos, bodegas y villas medievales tan bien conservadas como Évora, reina de la región. Sus muros del siglos XIV esconden calles angostas que llevan hasta impresionantes legados arqui­tectónicos, como su recargada catedral, claustros medie­vales, ruinas romanas y una pintoresca plaza. Pero hay mucho más por descubrir en el Alentejo: Beja, Vila Nova del Milfontes, Elvas, Reguengos, Villa Viçosa, Montemar.

7) Norte de Alemania

Más allá de Berlín o de Munich, quienes quieran descubrir un nuevo paisaje en Alemania deben dirigirse cuanto antes hacia el norte. Por ejemplo a Hamburgo, que este año inaugura la nueva Filarmónica del Elba, de Herzog & de Meuron. Hamburgo es uno de los puertos tradicionales del norte de Alemania, puente entre la Europa continental y Escandinavia y entre el Mar del Norte y el Báltico. Sorprende la gran isla interior, en torno a la que se organiza la ciudad, sus más de 60 museos y sus abundantes centros culturales y clubs de música.

Pero el norte de Alemania es, sobre todo, una región para disfrutar del contacto directo con la naturaleza. Grandes cielos, costas casi salvajes y ciudades medievales de interesante pasado, como Lübeck y Bremen. También hay islas secretas conservadas como apacibles santuarios naturales, como Sylt, refugio para ricos y famosos con más de 40 kilómetros de playas blancas rodeadas de dunas, casitas de campo antiguas y faros pintaros a rayas. O Helgoland, la isla-roca, una especie de Alcatraz alemán pero que nunca ha sido prisión sino un lugar tranquilo, casi místico. O Rügen, la isla más grande, un reducto en el Báltico convertido en una de las escapadas más populares de los berlineses en busca de naturaleza. La isla de Ferman, unida al continente por un puente, soleada y familiar, es muy conocida para los alemanes pero apenas por los extranjeros. Un lugar perfecto para observar aves o disfrutar en familia, con 76 kilómetros de playas.

8) Moldavia

Bodegas secretas, monasterios en lo alto de acantilados y ciudades desconocidas entre viñedos. Moldavia, pequeño país entre Rumanía y Ucrania, es uno de los menos visitados de Europa. Todo en él parece detenedio en el tiempo y sorprende a quienes llegan hasta el último rincón del este continental.

Olvidada y apenas conocida, Moldavia recibe un número ínfimo de turis­tas internacionales y no cuenta con las infraestructuras necesa­rias, pero ese es uno de sus grandes atractivos. Su ambiente remoto hace que viajar por el país suponga un reto y una aventura, y su estilo de vida pausado y atemporal invita a conversar a la sombra de los frutales en pleno verano.

9) Pafos (Chipre)

La antigua capital romana de Chipre vuelve a tener un título muy especial: Capital Europea de la Cultura en 2017, ocasión para atraer la atención del resto del mundo. Hoy es una ciudad secundaria en la antigua isla de Afrodita que, ocupación tras ocupación, atesora una superposición de monumentos. Templos, castillos, catacumbas, mosaicos romanos, termas medievales… unos yacimientos extraordinarios en Kato Pafos y las Tumbas de los Reyes, declarados patrimonio mundial.

Con más de 3.000 años de historia, esta ciudad tiene todos los requisitos para celebrar la cultura. En su antiguo odeón han actuado artistas desde el siglo II antes de Cristo, y sigue albergando cada verano obras de Esquilo, Sófocles, Eurípides y otros autores de la antigua Grecia durante el festival de teatro antiguo. Además, el castillo de Pafos se convierte en un centro de ópera durante el Aphrodite Festival. Este año habrá muchas otras actuaciones, exposiciones y conciertos en diversos escenarios. Más de 300 eventos servirán para tender puentes entre culturas y convertir por un año a Pafos en uno de los grandes destinos europeos.

10) Le Havre (Francia)

Este tradicional puerto de Normandía celebra este año su 500 aniversario con un festival de arte y música que se disfrutará a lo largo de cinco meses de conciertos, instalaciones artísticas al aire libre, desfiles callejeros, fuegos artificiales y, especialmente, con actuaciones de gigantes mecanizados y un templo zen flotante con una plataforma de observación submarina.

Le Havre es fantástico para explorar el resto de Normandía, como las famosas e históricas playas del desembarco aliado durante la II Guerra Mundial. Pero también merece la pena conocer la ciudad, uno de los grandes puertos franceses y gran escaparate de arquitectura moderna que presume de obras de Auguste Perret, Othello Zavaroni y Oscar Niemeyer.

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